martes, 23 de abril de 2019

ESFORZARNOS PARA CUIDARNOS Y, CUANDO NO PODAMOS, CONFIAR...

Escuché a Maite Sánchez Pinuaga, en cierta ocasión, hablar de la importancia del esfuerzo. De esforzarse, de verdad,  por las cosas que realmente merecen la pena.

La principal fuente de salud y bienestar es funcionar de una manera coherente y respetuosa con nosotros mismos, escuchándonos y atendiendo nuestras necesidades. En realidad, somos animales mamíferos programados biológicamente, al igual que el resto de seres vivos, con los recursos necesarios y suficientes para vivir de una manera óptima y respetuosa con nuestro entorno. Sin embargo, esto no resulta tan sencillo...

Las "normas de convivencia social" establecidas en nuestra sociedad occidental durante siglos han conseguido que interioricemos ciertos esquemas mentales respecto al funcionamiento individual, de relación familiar, laboral, educativos, de relación de género, de clase social, etc. que dirigen gran parte de nuestro comportamiento. En este devenir diario, nos "forzamos" continuamente a hacer cosas en contra de nuestras verdaderas necesidades básicas. Todo esto genera una falta de motivación, y por tanto esfuerzo real, frente a aquellas cosas que, de verdad, nos alimentan. Estamos cansados, decepcionados, des-energetizados por el transitar diario contracorriente y esto obstaculiza poder "actuar" según aquello que late en nuestro interior. Es así como, lo que tendría que ser algo natural (que el ser humano estuviese dirigido por su propio instinto) se ha convertido en algo en lo que tenemos que invertir un esfuerzo especial e intencionado: tenemos que "cuidarnos" para volver a estar conectados con nosotros mismos.

Por todo ello, y en tanto que vivimos en esta sociedad, una manera de recuperar nuestro equilibrio interior es revisar en qué cosas invertimos nuestra energía para desechar aquellas que nos desgastan (y podemos soltar) y dirigir nuestros esfuerzos hacia aquellas que nos permiten cuidarnos. Esto es algo muy particular y cada cual debe encontrar las suyas propias: el deporte, la meditación, la soledad, la relación social, la alimentación, terapias de cuidado y crecimiento personal, viajar, las manualidades, el contacto con la naturaleza, etc.

Si nos esforzamos en realizar todas aquellas cosas que alimentan nuestra alma podremos recuperar nuestro estado natural de bienestar y conducta respetuosa con nuestro entorno, a pesar de los requerimientos sociales. ¡Ahí es donde merece la pena esforzarse!. No obstante, muchas veces ocurre que, aún queriendo, todos nuestros condicionamientos inconscientes siguen dificultando este imprescindible cuidado personal. En estos casos, sólo nos queda CONFIAR EN LA VIDA, confiar en que ella nos cuida... Desde ahí, igualmente, podremos poco a poco volver a nuestro centro...





viernes, 19 de abril de 2019

NUESTROS ESPEJOS

Lo que vemos afuera es lo que podemos ver dentro de nosotros...

Si no somos capaces de vernos a nosotros mismos, es imposible que podamos ver a los demás. Desde ahí, todo lo que vemos en los demás, no les pertenece a ellos sino que existe oculto en nuestro interior.

Cuando llevamos años sin apenas escucharnos, no podemos reconocernos y, por supuesto, mucho menos cuidarnos. En ese estado, no resulta posible poder atender a los demás porque no los vemos. Dicho de otro modo, cuando sentimos que no somos capaces de interesarnos por las personas, de preocuparnos por ellas de verdad, significa que no podemos siquiera vernos a nosotros mismos.

Poca cosa buena puede salir de ese estado de pérdida y confusión...

Cuando, tras elegir conscientemente realizar el camino de vuelta a uno mismo, volvemos a reconocernos, podemos parar... podemos sentirnos respirar... podemos reconocernos dentro de nuestros límites corporales... Podemos, desde ahí, mirar afuera, desde sentirnos un ser completo e integrado... Sólo desde ahí, podemos ver al otro. Únicamente desde ahí, podemos sentirlo y interesarnos por él. Dicho de otro modo, si somos capaces de preocuparnos de verdad por los demás y cuidarlos, es porque nos estamos atendiendo y cuidando.

Todo lo que vemos afuera son indicaciones de cómo estamos actuando con nosotros mismos. Sólo eso y todo eso...



sábado, 13 de abril de 2019

MANIFIESTO DE VIDA


Abandono el miedo,
abandono la huida y evitación,
abandono el enfado,
abandono el ataque y la defensa,
abandono el rencor,
abandono el juicio,
abandono el maltrato,
abandono la soberbia,
abandono la culpa,
abandono LA OSCURIDAD.


Elijo levantarme y caminar,
elijo sentarme y ocupar mi lugar,
elijo hablar,
elijo escuchar,
elijo mirar de verdad,
elijo tocar,
elijo sentir,
elijo perdonar,
elijo ser humilde,
elijo creer en mí,
elijo sentir que sí puedo,
elijo sorprenderme,
elijo dejarme ser,
elijo seguir,
elijo no parar,
elijo luchar sin guerras,
elijo amar, 
elijo LA VIDA.



sábado, 6 de abril de 2019

UNA PETICIÓN DE AYUDA

Creo firmemente en que este mundo no funciona bien y que el cambio social pasa por adoptar una actitud de respeto hacia la vida. La manifestación más clara de vida se encuentra en nuestros niños por lo que dicho cambio requiere, entre otras muchas acciones, una actitud de respeto total hacia ellos. Y esta actitud implica cambios, muchos no visibles y difíciles de llevar a cabo. Por eso mismo, desde aquí, quiero pedir ayuda a la VIDA... para que nos dote de lo necesario para poder actuar en esta dirección.



Pido ayuda a la VIDA...

Para que ofrezca a las madres puerperas sustento (en su pareja, familia, amigos) en este crucial momento de conexión con nuestro bebé, para que podamos escuchar nuestra sabiduría interna, la mejor guía para atender a nuestros hijos.

Para que ofrezca valentía a las madres, padres y educadores, para poder mirar de frente nuestras sombras, nombrarlas y elaborarlas. Para que podamos eliminar todo lo que dificulta una auténtica mirada al niño.


Para que cuando el cansancio, el desamparo o la necesidad de mirar hacia otro lado no nos permita atender a nuestros hijos... tengamos humildad para reconocer nuestros límites y pedir ayuda... que la ayuda que recibamos sea consuelo real y no una lucha de poder o conocimiento... que tengamos la lucidez suficiente para detectar y nombrar nuestro cansancio y diferenciarlo de las proyecciones negativas que realizamos sobre nuestro hijos... (cuando el cansancio nos genera desgana y estrés y todo lo que hasta ahora era precioso en nuestro hijo se vuelve de repente molesto o inadecuado).


Para que los madres, padres y educadores recuperemos la capacidad de escucharnos a nosotros mismos para atender nuestras necesidades, cuidándonos, para poder atender en buenas condiciones a nuestros niños.

Para que los educadores adquieran la sensibilidad suficiente para acompañar a los niños, atendiendo sus necesidades individuales y dejando de lado su interés principal por transmitir conocimiento... para que, de este modo, los niños elijan libre y alegremente acudir al colegio al sentirse bien atendidos... para que el trabajo familia-escuela sea un constante diálogo cooperativo.



Todos estos cambios (y muchos más) son necesarios para que, verdaderamente, podamos transformarnos y re-conectarnos con nosotros mismos. Únicamente de ese modo, podremos escuchar la verdad de nuestros hijos, la verdad de la vida.

Y esto no es tarea fácil. Porque esta sociedad dificulta el que podamos mantener nuestra conexión interna alentándonos a vivir a un ritmo acelerado, contrario a nuestra naturaleza, que nos estresa, nos enferma y nos enfrenta. Si estamos desconectados, si no permanecemos en nuestro centro, apenas sabemos quienes somos ni qué necesitamos. Desde ahí, es mucho más fácil que alguien pueda dirigirnos.

Por eso mismo, porque a pesar de que todos deseamos un mundo mejor,... a pesar de que todos nos emocionamos y reconocemos la verdad, las buenas palabras y acciones, es difícil seguir este camino. Porque las programaciones de este mundo se cuelan en nosotros a través de todos nuestros sentidos, a través de nuestra mente, y nos pierden de nuevo rápidamente.


Por todo ello... te pido ayuda, VIDA






Y además...

NUESTROS ESPEJOS

Lo que vemos afuera es lo que podemos ver dentro de nosotros... Si no somos capaces de vernos a nosotros mismos, es imposible que podamos ...

Otros artículos interesantes